Poesía es hablar con el corazón en la mano,

poesía es expresar los sentimientos al máximo,

hacer que la corriente de sentimientos se apodere de tu corazón,

haciendo que poco a poco tu pluma se mueva mas rápido y haga que las palabras no sean palabras,

sean sentimientos y hagan sentir a quien las lee el sentimiento que transmites al papel.

Náyade García.




Día de Canarias - Jecego



Siete Islas sobre el azul Atlántico


siete flores en el Jardín de mi vida,

siete rosas, bajo el cálido sol

siete rocas de esmeraldas vestidas;



regalando al cielo su esplendor

recordándole ser sus hijas,

vestidas de tonos verdes

sobre su piel parda y curtida,



con sus hermanas menores

enseñándoles a ser Islas,

porque somos más de siete

y estamos siempre unidas.



Queremos se reconozca

que somos más de Siete Islas,

que el Teide es nuestro padre

y no tiene preferidas.



Las pequeñas, recordamos

a la gente que nos mira,

que todas somos iguales

de la misma Madre parida,



bajo la sombra de nuestro Padre

y del cielo que nos cría,

en las aguas de nuestra Madre

celebramos nuestro Día.

Amor más poderoso que la vida - Jaime Gil de Biedma


La misma calidad que el sol de tu país,
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.

La misma calidad que tu ciudad,
tu ciudad de cristal innumerable
idéntica y distinta, cambiada por el tiempo:
calles que desconozco y plaza antigua
de pájaros poblada,
la plaza en que una noche nos besamos.

La misma calidad que tu expresión,
al cabo de los años,
esta noche al mirarme:
la misma calidad que tu expresión
y la expresión herida de tus labios.

Amor que tiene calidad de vida,
amor sin exigencias de futuro,
presente del pasado,
amor más poderoso que la vida:
perdido y encontrado.
Encontrado, perdido...

Ángel

(Dedicado a Angelet, un angel en la tierra)

Ángel de rostro como la noche…

de ojos como pequeños gritos de libertad…

Ángel capaz de rodar en su sonrisa la imagen mítica de una diosa…

Ángel bajo tus ojos de cristal vas construyendo...

la plenitud de una caricia que el aire recoge en las hojas de los árboles...

Ángel sumido en la magnificencia de una sencilla piel de mujer...

Ángel, que me escuchas con la voz de un cielo promulgado, contesta:

¿Cómo permite tu alma tanta belleza y tanta tristeza?

Claveles rojos


De mis cabras guardar, volvía al cortijo
saltando entre peñas y matojos,
cuando a mi moza ví, me llamó y dijo.
Que del amo de la hacienda vino el hijo
y ella quería lucir claveles rojos.

Al monte me volví como a la guerra,
con valentía, ceguedad y arrojo.
porque al pasar con mis cabras y mi perra,
ví en lo alto de la sierra
una gran mata de claveles rojos.

Pero al llegar a lo alto de la sierra
y entre las matas de una gran chumbera
ví que la madre clavelera,
lloraba por sus hijos, los claveles rojos.
Sus hijos le robaron: ¿Quién sería?...

Y al cortijo volví lleno de enojo
triste porque llevar no podía
lo que mi moza amorosa me pedía.
¿En donde encontraré claveles rojos...?

De pronto me acordé que allá en la Ermita
los mozos del cortijo " Los Hinojos"
llevaron a la Virgen "La Ciervita"
unos ramos de rosas, margaritas, pensamientos y claveles rojos.

A la Ermita llegué casi reventado,
fatigado, mal herido y cojo,
en mis manos tomé el manojo amado
y al cortijo volví ya consolado
porque al fin encontré claveles rojos.

Corriendo iba como un galgo,
como un gamo saltando los rastrojos.
En el camino me encontré a mi amo
Y me dijo: "Zagal, véndeme el ramo".

Cómo venderle los claveles rojos?
Me lo perdona mi amo, hube de decirle.
Pero... fatigado, mal herido y cojo
quedó este pobre cabrerillo humilde,
para poder llevar a su Matilde
este ramillo de claveles rojos.

-¿"Para tu Matilde has dicho? ¡Anda y retoza!,
que si por ella te quedaste cojo,
ve a curarte a tu escondida choza,
Porque... óyelo bien: Sólo a esa moza
he de llevarle yo claveles rojos".

El señorito me clavó los ojos.
se tiró para mí como una bala
y con la fuerza que el talador tala
me deshojó el ramo de claveles rojos.

Al cortijo me volví, salté tres bancos,
preñados de lágrimas iban mis ojos
Allí ví una mata de claveles blancos,
los tomé y me los llevé al campo
a transformarlos en claveles rojos.

De ideas malas llevaba un enjambre.
Al ver al amo una nube me cegó los ojos,
mí cuchillo en su pecho hundí con hambre;
los claveles blancos empapé en su sangre,
y a mi moza le llevé... claveles rojos.

Tu voz - Juan José Alcolea


¡Dame de tu voz el viento!
¡No dejes de hablarme nunca!
Que de palabras se abracen
mi soledad y la tuya.

Que no nos duerme la muerte
con su silencio de tumba,
dame de tu voz el viento,
no dejes de hablarme nunca.

Que tus palabras penetren
la quietud de mi penumbra
y que despierte mi boca
con el sabor de tu lluvia.

¡Dame de tu voz el viento!
¡No dejes de hablarme nunca!
Que no descanse mi oído
del tambor de tu pregunta.

Y que los labios espacien
con su calor en censuras
conversaciones eternas
en nuestras voces oscuras.

¡Dame de tu voz el viento!
¡No dejes de hablarme nunca!
Tu garganta derramando
siempre su huella en mi hechura.

Que se enlacen las palabras
en sus vaivenes de plumas
y que el cristal del silencio
jamás nos prenda en su bruma.

¡Dame de tu voz el viento!
¡No dejes de hablarme nunca!
Que en la trastienda del tiempo
mi voz juegue con la tuya.

¡Dame de tu voz el viento!...
¡No dejes de amarme nunca!

Ven - Rafael Alberti

(Clic sobre la imagen para ver más grande)

Ven, mi amor, en la tarde de Aniene
y siéntate conmigo a ver el viento.
Aunque no estés, mi solo pensamiento
es ver contigo el viento que va y viene.

Tú no te vas, porque mi amor te tiene.
Yo no me iré, pues junto a ti me siento
más vida de mi sangre, más tu aliento,
más luz del corazón que me sostiene.

Tú no te irás, mi amor, aunque lo quieras.
Tú no te irás, mi amor, y si te fueras,
aún yéndote, mi amor, jamás te irías.

Es tuya mi canción, en ella estoy.
Y en ese viento que va y viene voy,
y en ese viento siempre me verías.

Tú eres más..- Gian Franco Pagliaro


Vida mía,
miro el mundo con tus ojos y descubro
que es distinto, no es el mundo que veía
desde mi ventanal.
y también descubro que tú eres más,
más que el cielo y el mar. No exagero.
Hay más verde, más azul en tu mirada,
más colores, más paisajes en tu cuerpo,
que en todo lo que vi
y en tu boca hay fruta de un sabor tan dulce
que jamás comí
Un beso tuyo
me emociona, me conmueve más que todo,
más que un amanecer, más que un acto de fe
más que la flor nacida ayer, flor de mi vida.
Esta vida, este mundo, qué seria
sin tu alma, sin tu voz, sin tu sonrisa
sin tu juventud,
qué sería de mi y de esta vida mía
si no estuvieras tú. No te miento.
Lo que miro, lo que veo, no es más bello
de lo que siento aquí, aquí dentro de mi ...
y que cambió mi vida y esta vida mía.

Tú eres más que todo,
más que la verdad.

Más que el viento, más que el agua,
más que el fuego,
más que el oro, el poder y los gobiernos,
más que la libertad,
más que la razón, más que tantos cuentos
sobre el bien y el mal.
En un mundo
que te cierran los caminos y las puertas
me abriste el corazón,
con tus manos de amor,
sembraste la poesía
en mi y en esta vida mía.

Bajo la luna plateada


Bajo la luna plateada
dejo el amor sobre mi almohada
entre caricias y besos
una bella noche estrellada

Yo quise amarla para siempre,
robar la luna por ella siempre
y quise amarla para siempre,
colmar sus sueños de niña siempre...

Me conquistaron sus ojos
la luz del cielo en su mirada
me conquistaron sus labios
sabor a miel azucarada

Y quise amarla para siempre,
robar la luna por ella siempre
y quise amarla para siempre,
colmar sus sueños de niña siempre...

Bajo la luna plateada
dejo el amor sobre mi almohada
se despidió con un beso
y se marcho de madrugada

uno mas que paso por tu corazón
mi amor verdadero fue

uno mas que jugo con mi corazón
tu amor traicionero fue

La señora jardinera - Jecego

(Poema dedicado a todas las señoras de Güimar)

Señora, fíjese como le miran las rosas
que para copiar su suprema hermosura,
copian como mueve usted sus cosas
y como gira sus ojos cuando mira;

cuando camina usted nueve el aire que ondula
y se convierte en viento que arruinan,
los delicados pétalos de las rosas
que con tanta envidia le miran.

Señora, haga usted una cosa,
salga del jardín un día y de,
la oportunidad a las rosas
de sentirse tan hermosas como usted;

que el viento sea libre y tenga colores,
que no tenga sus caderas como guía,
que las rosas se sientan como flores
y no como sus envidiosas amigas;

señora, hágale un favor a las rosas
que no tengan su cuerpo como guía;

que sus tallos no se ondule con el viento
que sus caderas le envían;
para volver a ser como en el tiempo
cuando usted andaba perdida;

deje ser a las rosas, flores hermosas
para ausentar la envidia hacia usted,
ellas quieren ser lo que siempre fueron, rosas
la flor más hermosa, que siempre fue
insignia del amor y la vida;

pero su presencia no las deja,
su halo les perjudica y arruinan,
es usted tan hermosa, señora,
que las rosas se sienten perdidas..

Señora, déle una oportunidad a las rosas
que quieren ser tan hermosas como usted.

Love story - Carmen Jodra


Queridísimo amigo, mi alegría:
sepas que eres mi solo pensamiento,
y que tu dulce forma ni un momento
deja de estar en la memoria mía.
Codiciándote paso todo el día,
tú eres mi ambición y mi sustento,
desearte a la vez es alimento
y es alivio de mi melancolía.
Para mi ardor no hallo refrigerio
y me consumo por nuestro adulterio,
como Ginebra en el poema artúrico.
Da a mi cuerpo tus lánguidos abrazos
porque quiero morirme entre tus brazos,
queridísimo amigo barbitúrico.

Trauma - Ana Merino


Casi no recuerdas
el rastro de su cuerpo
y sin embargo te pesan
sus palabras
como el eco de un alud
que se aproxima.
No existes, no eres nada,
no imagines amor
donde sólo hay sombras.
Eres la carretera secundaria
el desvío de un día sin prisas
para alguien que juega
a cambiar de destino
pero lleva una brújula
y siempre vuelve a casa.

POR EL CAMINO DE LOS TILOS


Hoy voy a caminar por otra senda,
pues busco andar la vida más tranquilo,
haré que sobre mí descienda
la hermosa fragancia de los tilos.

En esta calma tarde busco asilo,
deseando aplacar mi gruesa agenda,
y mientras camino con sigilo,
el vaho de los tilos es mi ofrenda.

El estrés te pone opaca venda,
que te impide pensar, y no es mi estilo.
La salud te cobra reprimenda,
y acabas atacado por bacilos.

Luego tomas pastillas, tantos kilos,
que te van creando vida horrenda,
te transformas de oveja en cocodrilo,
y a tu alma rota, nadie enmienda.

Prefiero esta calzada, la estupenda,
mientras pauso, medito y despabilo.
Por eso mi consejo te encomienda:
¡Ven también por el camino de los tilos!

LA BARCA


Aún en medio de esta cruel tormenta
mi frágil barca en el mar no se hunde,
pues mi coraje al temporal enfrenta,
y no hace caso a lo que el miedo infunde.

Inclusive ante cualquier anomalía,
no doy cabida al peligro que cunde.
Y al acabar la noche, un nuevo día
me aclarará el camino, que hoy confunde.

Enfrentando seguiré, la tempestad,
con el honor e hidalguía de un monarca,
resistiendo cualesquier dificultad.

Y cuando venga por mi espíritu la parca,
me alegraré, con huella de humildad,
de haber llegado al fin del viaje con mi barca.

Palabras verdaderas - Homenaje a Mario Benedetti

Adiós a Mario Benedetti - Jecego

Mario Benedetti escritor del amor y del exilio, trabajó toda su vida por alcanzar la belleza, por la defensa de la alegría, la felicidad.
"Defender la alegría como una trinchera, defenderla del escándalo y la rutina, de la miseria y los miserables, de las ausencias transitorias y las definitivas. Defender la alegría como un derecho, defenderla de dios y del invierno, de las mayúsculas y de la muerte, de los apellidos y las lástimas, del azar, y también de la alegría".

(Retales de sus propios poemas)

Se va porque ya lo hizo todo
se va porque ha querido,
se va dejando toda su sabiduría
en el mundo conocido..

Pero hagamos un trato:
usaré sus propias palabras:

yo quisiera contar con usted,
es tan lindo saber
que usted sigue existiendo
que uno se siente vivo;

y cuando digo contar
digo:

quiero sentirle en cuerpo y alma
como maestro empedernido,
sembrando el mundo con su pluma
de sus escritos tan lindos.

Adiós Benedetti, adiós amigo.

El mar - Mario Benedetti


¿Qué es en definitiva el mar?
¿por qué seduce? ¿por qué tienta?
suele invadirnos como un dogma
y nos obliga a ser orilla

nadar es una forma de abrazarlo
de pedirle otra vez revelaciones
pero los golpes de agua no son magia
hay olas tenebrosas que anegan la osadía
y neblinas que todo lo confunden

el mar es una alianza o un sarcófago
del infinito trae mensajes ilegibles
y estampas ignoradas del abismo
trasmite a veces una turbadora
tensa y elemental melancolía

el mar no se avergüenza de sus náufragos
carece totalmente de conciencia
y sin embargo atrae tienta llama
lame los territorios del suicida
y cuenta historias de final oscuro

¿qué es en definitiva el mar?
¿Por qué fascina? ¿por qué tienta?
es menos que un azar / una zozobra /
un argumento contra dios / seduce
por ser tan extranjero y tan nosotros
tan hecho a la medida
de nuestra sinrazón y nuestro olvido

es probable que nunca haya respuesta
pero igual seguiremos preguntando
¿qué es por ventura el mar?
¿por qué fascina el mar? ¿qué significa
ese enigma que queda
más acá y más allá del horizonte?

El infinito - Mario Benedetti


De un tiempo a esta parte
el infinito
se ha encogido
peligrosamente.

Quién iba a suponer
que segundo a segundo
cada migaja
de su pan sin límites
iba así a despeñarse
como canto rodado
en el abismo.

Alguien - Mario Benedetti

Alguien limpia la celda
de la tortura
que no quede la sangre
ni la amargura

alguien pone en los muros
el nombre de ella
ya no cabe en la noche
ninguna estrella

alguien limpia su rabia
con un consejo
y la deja brillante
como un espejo

alguien piensa hasta cuando
alguien camina
suenan lejos las risas
una bocina
y un gallo que propone
su canto en hora
mientras sube la angustia
la voladora

alguien piensa en afuera
que allá no hay plazo
piensa en niños de vida
y en un abrazo

alguien quiso ser justo
no tuvo suerte
es difícil la lucha
contra la muerte

alguien limpia la celda
de la tortura
lava la sangre pero
no la amargura.

Güimar en mi mente - Jecego

Yo nací de tu tierra, y canto
porque mi corazón es tuyo.

Canto en mis poemas tu imagen
junto a todas tus criaturas,
dejando que me acompañen
y que con mi amor se fundan.

Tengo mis raíces en tu tierra
ojalá no se sequen nuca,
quiero ser tuyo para siempre
y que mis ramas te cubran;
con mis retoños y hojas verdes
y mis hijos como fruta.

Quiero verte cada día
desde el amanecer a la penumbra,
oír el canto de tus pájaros
y ver en la noche tu plateada luna;
hasta que se rompan mis deseos
o mi cuerpo se derrumba,
mis días se queden sin sol
y mis noches sin la señora luna.

Preciosa te llamo y te canto
desde la alborada de tus brumas,
hasta el ocaso de tu sol
y la presencia de tu luna;
porque no quiero perder mi tiempo
sin alabar tu hermosura,
bajo la luz del sol ardoroso
y de la cálida luna.

Te escribo para cantarte y decirte
porque sé que tú me escuchas,
o lees mis poemas en la noche
porque tú eres tierra única;
y cuidas de tus hijos como madre
como la parra, a sus uvas,
oculta bajo sus hojas verdes
del sol ardiente y de la lluvia.

Carta de un naufrago - Ana Merino


Con el consentimiento de la nieve
caminaré despacio.
Alguien habrá que espere junto al fuego
y yo, que estaré ciega por el frío,
haré paradas breves,
sacudiré el paraguas y empezaré de nuevo.
El único secreto es no sentirse
inmensamente lleno de verdades.
No aceptar nunca las invitaciones
que la neblina
sugiere al anidar con sus disfraces
de paisaje feliz, de grandes sueños.
Alguien habrá que diga, se ha perdido,
alguien saldrá a buscarme,
y llevará el calor de una botella
donde podré mandarte este mensaje.

La confianza del hombre - Guillermo Prieto

Cuando la juventud despavorida,
víctima de delirios y pasiones,
vaga entre incertidumbre y aflicciones,
errante en el desierto de la vida,

¡sublime religión! le das asilo,
consuelas su existir desesperado,
en tus brazos el hombre reclinado
no teme el porvenir, duerme tranquilo.

Cuando la tempestad sus rayos lanza,
tiembla el malvado al rebramar del viento,
mientras del justo a Dios el firme acento
glorifica con himnos de alabanza.

Dulce es al hombre en su penoso duelo,
cuando el tormento pertinaz le aterra,
decir burlando a la mezquina tierra:
“Allí es mi patria”, y señalar el cielo.

Indicadme la mano que atrevida
el velo desgarró de lo futuro:
¿quién es aquel que penetró seguro
el misterio insondable de otra vida?

Nadie: terrible porvenir retumba,
y el mortal ciego que en el mundo vive,
el eco, y nada más, lejos percibe,
que vuelve desde el seno de la tumba.

Se busca el porvenir allá en el cielo,
cree mirarle el mortal, a Dios insulta,
y al señalarle osado, le sepulta
el lodo vil del miserable suelo.

¡Mísera humanidad, cuál es tu suerte!
¡Cuál tu destino que lo ignora el mundo!
¿El placer puro y el dolor profundo
se apagan con el soplo de la muerte?

Como la flor cuando el invierno asoma,
que al frío soplo precursor del hielo,
el tallo inclina en el humilde suelo
sin colores, sin vida, sin aroma?

¿Y aquesta alma que me anima hora,
jamás del linde de la tumba pasa,
cual gota que al caer sobre la brasa
tócala, y al momento se evapora?

No, jamás; nuestra noble inteligencia
nunca perece, que las almas puras
reflejarán por siempre en las alturas
el brillo de la augusta omnipotencia.

¿Qué dio el Eterno, el Padre de la vida,
su lumbre a sol, su animación al mundo,
para hacinar en él el polvo inmundo
de nuestra humanidad envilecida?

Tiemble al futuro el infeliz malvado,
cuando a la muerte atónito sucumba,
que no será su crimen en la tumba
con su asqueroso cuerpo sepultado.

Desprecie los horrores del averno
y burle los misterios de la vida,
cesará el sueño y su alma sorprendida
se aterrará a la vista del Eterno.

Y el justo, con gozo más profundo,
verá de gloria su alma circundada,
cuando en los negros centros de la nada
se pierda el tiempo y se desplome el mundo.

Estudio - Carlos Pellicer


Apenas te conozco y ya me digo:
¿Nunca sabrá que su persona exalta
todo lo que hay en mí de sangre y fuego?

¡Como si fuese mucho
esperar unos días -¿muchos, pocos?-
porque toda esperanza
parece mar del Sur, profunda, larga!
Y porque siempre somos
frutos de la impaciencia bosque todos.
Apenas te conozco y ya arrasé
ciudades, nubes y paisajes viajes,
y atónito, descubro de repente
que dentro estoy de la piedra presente
y que en cielo aún no hay un celaje.

Cómo serán estas palabras, nuevas,
cuando ya junto a ti, salgan volando
y en el acento de tus manos vea
el límite inefable del espacio.

Guardo en mí - Tatiana Krahe



Guardo en mis manos
polvos mágicos
de dulzuras.
En mis ojos
destellos de luceros
en miradas.
En mis labios eternos besos
aún no dados
y en mi alma
todo el amor que se quedó guardado
y que no pude entregarlo.
Son para tí
todos mis tesoros
ocultos,
solo necesitas
entrelazar mis sentidos
con los tuyos
descubrir vuelos de golondrinas
en mi mirada,
saborear el agua miel
de todos mis mimos
y adentrarte en mi alma
con tu esencia
enamorada.

Esta noche no hubo luna... - León Felipe


Ahora camino de noche
porque las noches son claras...
Y esta noche no hubo luna,
no hubo luna amiga y blanca...
y había pocas estrellas,
pocas estrellas y pálidas...

Y era todo triste sin la luna amiga...
y era todo negro sin la luna blanca.

No se veía la cinta
de la carretera larga...
los olivos del recuesto
apenas se dibujaban...
un murciélago pasó
rozándome la cabeza con el ala...
y me ladraron los perros
en los bancales con saña.
Sin luna todo era negro y triste...
vi una luz allá lejana...
y, a tientas, fui hasta la luz
y en la luz pedí posada...

Esta noche no hubo luna...
no hubo luna amiga y blanca...
Y recordé aquella noche
en que no vino mi amada...

y en que yo loco de amor,
lleno de fiebre y de ansias...
hice también alto
en la primera posada...

EL RÍO Y EL ARROYO - Concepción Arenal


Naciendo uno de ella al par
El otro en remoto suelo,
Un río y un arroyuelo
Llegaban juntos al mar.

En ancho cauce y profundo
Turbio corría el primero;
Estrecho, claro y somero
Deslizábase el segundo.

Huyendo la muchedumbre
Y de un niño en compañía,
Un hombre a dar acudía
Su paseo de costumbre.

Este rato de solaz
Aprovechóle en correr,
Hizo gana de beber
Y beber quiso el rapaz.

Díjole el padre: «No ves
Que estás en sudor bañado?
Reposa un tanto a mi lado
Para que bebas después».

El muchacho obedeció,
Que era de condición buena,
Y sentándose en la arena
A refrescarse esperó.

Como está impaciente, muda
Una y otra vez de asiento,
Mas parándose un momento,
Formal expone una duda:

«Por qué será, padre mío,
Esto que siempre reparo?:
¿Cómo está el arroyo claro
Y no lo está nunca el río?.»

«Hijo, allí cerca del mar
Nace puro el arroyuelo,
Y nada encuentra en el suelo
Con que se pueda enturbiar;

Si hallare casualmente
Tierra que enturbiarle deba,
Nunca a los mares la lleva
Su escasa y débil corriente.

Viene de lejanas tierras
Este río caudaloso
Y por terreno fangoso
Y por montes y por sierras.

Y pasa por las ciudades
Cuya inmundicia, hijo mío,
Enturbia el agua del río
Como el alma sus maldades.

Y más la orilla dilata
Y cada vez más potente,
Su irresistible corriente
Todo al pasar lo arrebata.

Enturbiado éste y profundo,
Claro y no profundo aquél,
Nos presenta un cuadro fiel
De lo que pasa en el mundo:

El que apacible y serena
Busca sencilla la vida,
¿Habrá cosa que le impida
Hallarla dichosa y buena?

Mas sintiendo la inquietud
De alguna grande pasión
Peligra en el corazón
La ventura y la virtud.

No olvides nunca, hijo mío,
Que es difícil, te lo juro,
Ser como el arroyo puro
Y ser grande como el río.»

A las madres del Valle de Güimar - Jecego

(Clic sobre la imagen para ver en grande)


Madre. Sinónimo de amor y ternura

arquitecta de sueños,

creadora de la vida

embajadora de imperios;

sol y luna a la vez

en un mundo de ensueños,

en tu hogar, Reina,

en el mundo, misterio.


Madre, tu eres mi creadora

y mi reina; yo tu retoño querido,

me diste mi ser, impregnada de tu amor

este tesoro tan grande que llevo conmigo;

yo no puedo darte tanto, pero quiero

todo lo que tengo compartirlo contigo,

rogar a Dios que me haga una madre como tú

y que tú, madre, siempre estés conmigo.


Se que todo te lo debo a ti

que sin ti, no hubiera nacido,

gracias madre, por dejarme vivir

y gracias por estar conmigo.


Junto con mi poema, te mando una flor

y entre sus pétalos, un beso fundido.