
Aún en medio de esta cruel tormenta
mi frágil barca en el mar no se hunde,
pues mi coraje al temporal enfrenta,
y no hace caso a lo que el miedo infunde.
Inclusive ante cualquier anomalía,
no doy cabida al peligro que cunde.
Y al acabar la noche, un nuevo día
me aclarará el camino, que hoy confunde.
Enfrentando seguiré, la tempestad,
con el honor e hidalguía de un monarca,
resistiendo cualesquier dificultad.
Y cuando venga por mi espíritu la parca,
me alegraré, con huella de humildad,
de haber llegado al fin del viaje con mi barca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario