De prados de musgo
al calor del sol,
de suavidad entendida
solo, al tocarlos con la mano
enlazándola estrechamente.
De valles salvajes
donde el azul, prisionero,
recibe trato de dios,
al hundirse en su relieve.
De temores
derretidos al momento
al cruzar la sombra,
construida del deslumbre,
no del miedo.
De fiesta intima
con piel como música
y por letra sentimientos.
De tactos etéreos
que con el soplar del viento
ahora poniente, ahora levante,
llena los deseos
sin contacto.
De almas que vuelan
fuera de los cuerpos
para volcarse,
quererse,
sin ataduras carnales.
3 comentarios:
Hola, otra vez aquí...este poema, es preciso.....de almas que vuelan fuera de los cuerpos, para volcarse para quererse.....Sencillas palabras pero mucha imaginación...bello..besicos
Amiga Náyade; me gustó tu poema, pero pienso que el alma solo se va cuando nuestro rinconcito no es de su agrado. Para que el amlma no se vaya tenemos que ofrecerle un buen albergue, y amor, mucho amor; tanto, que nuestro corazón tiemble cuando le ofendemos, si fuera así, nos quedaríamos vacios.
Un abrazo amiga. Tu blog es hermoso, lleno de armonía y de poesía...
Jecego.
No solamente se puede amar carnalmente, sino también espiritualmente, es distinto pero...
Publicar un comentario