¡Ven acércate más! El campo umbrío,
el cielo torvo y el ambiente frío,
predisponen el alma a la tristeza.
Ven, apoya en mi hombro tu cabeza;
así, juntos, muy juntos, dueño mío.
Hablemos de tu amor; ¡de aquel soñado
amor! Cuando el invierno desolado
reina doquier, y pálidas se ahuyentan
la ilusión y la fe, ¡cómo calientan
los recuerdos benditos del pasado!
Ven, acércate más, mi dulce dueño . . .
y en tanto agita con tenaz empeño
la niebla gris su colosal cimera,
sobre nosotros vuelque la Quimera
el ánfora impalpable del Ensueño.
4 comentarios:
Hola!tienes un blog maravilloso.
Felicidades!..
Pocas veces he leido un texto tan impactante y maravilloso como este.
Es reconfortante leer a plumas con esa conviccion de expresar sentimientos tan complicados de entender en pocas palabras.
Un abrazo.
Amiga Náyade, gracias por compartir la belleza de tu blog y de tus temas.
Amiga, como tu dices, gracias por todo lo que nos das en tu blog.
Un abrazo.
Jecego.
Es una autentica maravilla.
Mhchas gracias por deleitar a todos los que visitan tu blog.
Un beso de una asturiana.
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