De las luces que conozco

De las noches de invierno

de estrellas transparentes

de luna ardiente,

del cristal de la escarcha

cuando saluda al sol.

De los atardeceres de Otoño

de reflejos en las nubes,

amarillos, rojizos, azulados.

Del viento noroeste

que empuja las miradas

para que lleguen lejos.

Del mediodía de verano

turbia de humedades lejanas

por la intensidad del calor.

De velas temblorosas

que mueven paredes

y crecen virtudes.

Del mar por la mañana,

que con el reflejo del sol

escala plata pulida

de joya bien terminada.

Todas están aquí

solo esperándolas

y deteniéndolas en el instante

que brillan para mi.

Pero hay una

de las luces que conozco,

que mis ojos añoran

en el recuerdo profundo,

que capto con ellos

pero se refleja en el alma.

Pero, ¡oh! esta luz

que por muy esperada

jamas se cuando se regala.

Es la luz

de estrellas transparentes,

de luna ardiente,

del cristal de la escarcha,

amarilla, roja, azul,

que empuja las miradas,

intensa y cálida,

que mueve paredes,

de joya bien terminada.

Es la luz

en el rostro de mi amada,

que un día por sorpresa me regala

y después se oculta.

Ni la noche de invierno,

ni el atardecer de otoño

ni el viento noroeste,

ni el mediodía de verano,

ni el mar por la mañana,

ni la vela temblorosa,

la regalan.

De las luces que conozco

una por todas,

a pesar de que solo viva

en mi recuerdo profundo,

a pesar de que no brille

porque estoy aquí.