Poesía es hablar con el corazón en la mano,
Ternura - Pilar Paz Pasamar
Tengo ternura hasta para lo malo,
hasta para lo feo y en desorden,
una ternura abierta y solitaria
sin límites ni bordes.
-A ver, así, hijo mío. ¡Y le hablo al mundo
y le torno a mirar desencajada,
absorta en mi ternura!
Y a las piedras les digo, del camino,
que son mis hijas ellas.
Ellas, que nunca sienten,
que no recuerdan nunca y nunca olvidan.
Pero yo necesito acariciar aristas,
y arropar a las rosas con mi mano,
y palpar muchas frentes de cosas y animales
porque tengo ternura acumulada,
un triste desvivirse que me nace
de mis manos calientes, de mis ojos,
y miro al mundo cual si fuera un hijo
y le perdono faltas y lo visto
de esta luz que me sobra entre la sangre.
-Así, hijo mío, así…
¡La vida, el árbol,
la luz, la piedra, el pájaro, son míos!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
En la ternura se esconde
un mundo lleno de magia,
en cada ocasión responde
desde los pliegues del alma.
Un abrazo grandote.
Publicar un comentario