
Sumergido en el silencio del cielo
en busca de otro mundo diferente,
me invaden los pensamientos perdidos
mascara de voces próximas a perderse;
busco memoria de ideas que fueron mías
hoy perdidas y sin voz, en un mundo inerte,
pero no encuentro otro mundo ahí fuera
distinto al que llevo en mi mente.
Nuestra tierra termina en el mar y el desierto,
y el mar hace lo mismo por no cambiar,
y yo deambulo, cambio de lugar y me arriesgo
buscando un acomodo perfecto,
porque busco para mí algo que no se concretar
en un mundo cerrado, que no comprendo.
Por eso digo: vivo porque vivo fuera de mis palabras
fuera de mi memoria y mi pensamiento,
dejando en el exilio mis recuerdos
en busca de un mundo perfecto;
sin tener en cuenta que mis palabras
son la voz de lo que llevo dentro,
que me dicen: solo hay un mundo, es éste,
el otro, lo encontrarás cuando hayas muerto.
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