
Paseando por el campo,
Me cruce con un rosal,
Era tan bonita la rosa,
Que no la quise cortar.
Cada día paseando,
La iba yo a visitar,
Estaba tan enamorado,
Que no la quería tocar.
El viento la deshojaba,
Cada día un poco más,
Hasta dejarla desnuda,
Y morir en el rosal.
Por falta de gallardía,
No la pude yo cortar,
Era tan bella la rosa,
Que me hacia hasta temblar.
Si yo la hubiese cortado,
Y llevada al corazón,
Hubiera vivido con migo,
Hasta que nos separara Dios.
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