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Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
1 comentario:
Amiga, desde el principio de los tiempos, el hombre y la mujer, han formado una unidad física, ninguno de los dos por separado podrían crear.
Así ha sido y seguirá siendo hasta el fin de los días; cuando solo exista la noche.
Un abrazo amiga, gracias por volver; te tomas vacaciones muy largas y mi blog se queda un poco en tinieblas.
Jecego.
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