Me levanté muy temprano una mañana
con el ánimo tenso de una noche larga,
cuando la oscuridad abandonaba mi alcoba
para mirar al horizonte, que gritaba.
Mírame me decía su imagen en silencio
imágenes de múltiples formas y colores,
inquietos lienzos, irrepetibles e insólitos
hechos con luz sutil y frágiles nubes.
Y miré allá donde se pierde el mar
donde el horizonte hace su presencia
donde estaba el cuadro que pintó el sol.
Donde la inquieta, frágil y roja aurora
belleza impalpable, solo visible,
lucía su corona de rubíes sobre el mar.
Y mirando, empecé a soñar,
despierto ya, pensé y dije:
belleza después de esa
solo queda la eternidad.
con el ánimo tenso de una noche larga,
cuando la oscuridad abandonaba mi alcoba
para mirar al horizonte, que gritaba.
Mírame me decía su imagen en silencio
imágenes de múltiples formas y colores,
inquietos lienzos, irrepetibles e insólitos
hechos con luz sutil y frágiles nubes.
Y miré allá donde se pierde el mar
donde el horizonte hace su presencia
donde estaba el cuadro que pintó el sol.
Donde la inquieta, frágil y roja aurora
belleza impalpable, solo visible,
lucía su corona de rubíes sobre el mar.
Y mirando, empecé a soñar,
despierto ya, pensé y dije:
belleza después de esa
solo queda la eternidad.
2 comentarios:
La eternidad es solo el primer paso para descubrir que siempre habrá algo más allá que no puedes ver pero que estará siempre presente.
Besos.
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